8. Proyectarse en los hijos Otro
error bastante reiterado de los padres es pensar que el modelo y los métodos
educativos que les sirvieron a ellos van a servir a sus hijos. "La escuela
ha cambiado mucho y los niños también, y lo que a ti te gustaba del colegio o
lo que tú aprendías entonces no tiene por qué ser un modelo de éxito para tus
hijos", alerta el director de la escuela Fructuós Gelabert. También Ángel
Peralbo considera que en muchas familias "siguen prevaleciendo más las
expectativas que tienen los padres sobre los estudios de los hijos que las
preferencias o capacidades de estos" y hay muchos chavales que son orientados
a estudiar lo que quieren o les gusta a sus padres.
9. Cuestionar a los profesores No
apoyar a los maestros, mostrar constantemente el desacuerdo con el profesor en
presencia de los hijos, es otra conducta errónea de algunos padres. "Los
profesores han reducido su capacidad para imponer la necesaria disciplina de
los alumnos en el aula y no ayuda precisamente que tengan a los padres enfrente
o en contra en vez de al lado, pues el alumno, aprovechándose de esa situación,
consigue manipular y poner en contra a unos y otros cuando el objetivo que
persiguen es exactamente el mismo", comenta Peralbo. Añade que los
profesores tienen una visión privilegiada de los alumnos que en ocasiones no se
corresponde con su comportamiento y su actitud en casa, y que a los padres les
conviene conocer. "La complicidad entre padres y profesores, el compartir
información, puede ayudar a que el chaval progrese adecuadamente tanto a nivel
académico como en lo que se refiere a su actitud y comportamiento",
enfatiza.
10. Hacer de Sherlock Holmes
Benjamí Montenegro opina que otra conducta equivocada en la que caen padres y
madres es acabar convertidos en Sherlock Holmes. "Hay padres que rastrean
los deberes, los trabajos, las fechas de los exámenes a través de las redes sociales
o de los padres de otros niños para ver si el hijo hace o no sus tareas, y eso
provoca un boquete de desconfianza y no resuelve nada", explica. Su
consejo es revisar con el niño la agenda y las tareas realizadas en cada
asignatura y, si no se lo apunta para evitar el seguimiento, hablar con el
tutor "que es el jefe (en términos laborales) del chaval" para estas
cuestiones. Los expertos desaconsejan imponer un control absoluto sobre las
tareas escolares, estar examinando al hijo constantemente sobre lo que ha leído
o ha estudiado, y aseguran que es mejor un acompañamiento lejano, dejándole que
sea autónomo. Y si el padre o madre opta por preguntar la lección para preparar
un examen, Montenegro aconseja no hacerlo oralmente, sino poner tres o cuatro
preguntas por escrito "porque normalmente no hay exámenes orales y aunque
el chaval se sepa la lección hablando, igual luego se expresa mal por escrito o
comete muchas faltas" de ortografía.
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